Aún Me lo pregunto, ya no tan frecuente, porque he llegado a la conclusión de que Me encanta su postura por lo constante en el desenvolvimiento de sus hazañas, de sus maldades. Al menos con estos, sabes que posición ostentan y de que lado están.
Adoro las personas con firmeza, invariables, esas que demuestran tener una personalidad de hierro. Ser flexible es lo correcto, más no tanto que terminemos perdiendo la esencia ante los demás y danzando ante la música de esa vellonera desafinada y fuera de onda.
Si lo bueno es relativo, ¿a qué podemos llamarle malo? ¿Acaso la vida es un lente con visor en blanco y negro? ¿Lo justo siempre debe ser lo correcto o hacer lo correcto es lo justo?
Una cosa y otra son relativas nuevamente. La sociedad exige patrones para encasillar a las personas y la moralidad se esconde en el patio trasero de los puritanos. En lo personal, Me agrada la gente sincera, honesta, por el contrario, detesto la gente criptograma, la voluble a tal punto que disparatea todas las mañanas cambiando de gustos y pasiones con cada salida de sol.
Creo que media multitud aún juzga a _Pilato_ por una actitud irreverente, más Yo digo que él actuó de la manera más sensata, quizás no antepuso su postura por encima de una multitud decadente, morbosa y como signo de su inocencia, procedió a lavarse las manos; Me encanta esa postura también, esa en que la frialdad nos abraza ante los insensatos para no perecer con sus delirios, lavarse las manos no es defenderse, no es justificarse, es hasta cierto punto sentir la conciencia tranquila, como cuando le huimos despavoridamente a las personas conflictivas, chismosas y murmuronas, las calumniadoras, las prejuiciosas y las que tienen la mente tan podrida como negro su corazón.
Los daños emocionales a segundos, terceros y demás, no tienen que someterse bajo tutela para entender que son sinónimos de maldad. Cuando eres firme en decisiones mucha gente te ubica del lado de los _malos_, te ofrecen un asiento en primera fila si no complaces sus antojos o te dejas manipular.
Probablemente mucha gente haya cambiado no por gusto, sino por circunstancias. Ahí entra de nuevo el dilema de la convivencia y la complejidad humana donde los fantasmas internos de algunos, son demonios que nos arrastran haciendo colapsar nuestros sentimientos a costa de los suyos; quizás no Me considere ser villano de tiempo completo y por más que trato de ensayar la risa malvada, no Me sale, se presume deba ser _buajajajá_, más la Mía _jijiji_ proviene espontáneamente sin ensayos.
Las máscaras funcionan hasta cierto punto y la sinceridad nos arroja a desnudar nuestro ser, nuestra conciencia para dejar de esconder las manos luego de haber arrojado la piedra o señalado a los demás con argumentos y pretextos, cuando en verdad eres tú el verdadero culpable.